¡Colombia cae 10 puestos en el Índice de Transición Energética debido a desafíos en el impulso de energías limpias!
Colombia ha experimentado un retroceso significativo en su lucha por establecer fuentes de energía más limpias y sostenibles, lo cual se refleja en su reciente caída de 10 puestos en el Índice de Transición Energética del Foro Económico Mundial (WEF). Aunque ocupar el puesto 39 entre 120 países evaluados no es un resultado despreciable, la disminución en comparación con la medición anterior indica que hay varios aspectos que deben mejorarse.
El informe del WEF revela que Colombia tuvo un desempeño deficiente en dos áreas clave: las emisiones de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la producción de energía y la cantidad de energía requerida para dicha producción. Sin embargo, obtuvo buenos resultados en cuanto al peso de la electricidad en el consumo energético final de los usuarios.
Estos datos adquieren mayor relevancia considerando la ambiciosa apuesta del Gobierno actual en materia energética, la cual busca aumentar la inversión en energías limpias, fomentar la eficiencia energética, reducir la dependencia del petróleo y el carbón, y reindustrializar la economía.
Sin embargo, existen varios obstáculos que han impedido dar un salto significativo en esta transición. Corficolombiana destaca que los principales desafíos están relacionados con los trámites de licencias ambientales y los acuerdos con las comunidades, especialmente en La Guajira, una región con gran potencial pero que ha obstaculizado importantes proyectos de generación y transmisión de energía.
Natalia Gutiérrez, presidenta de Acolgén, también señala que la reforma tributaria del año pasado eliminó aproximadamente el 75% de los incentivos para los proyectos de energía limpia y renovable. Además, los plazos de implementación de proyectos se han extendido considerablemente, pasando de un promedio de 4 años a incluso el doble, lo cual envía una «señal negativa» para atraer nuevas inversiones al sector.
En medio de esta situación, el tanque de pensamiento Fedesarrollo advierte que una transición energética acelerada y desordenada podría tener un costo de $163,6 billones hasta 2035, si se reemplaza la generación actual a base de carbón y gas por generación eólica.
Al analizar el panorama en América Latina, se observa que Colombia ha caído tres posiciones en comparación con el año anterior. Brasil, Uruguay, Costa Rica, Chile y Paraguay superan actualmente a Colombia en el índice. Brasil se destaca por su alta proporción de energía renovable en su matriz energética, con un 80% de electricidad proveniente de grandes centrales hidroeléctricas. Además, las inversiones en energía eólica y solar han aumentado significativamente en los últimos años.
América Latina lidera el ítem de sostenibilidad en el índice, gracias al abundante potencial hidroeléctrico de países como Costa Rica, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para alcanzar los estándares de los países nórdicos, como Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia, que encabezan el ranking global con clasificaciones superiores en preparación para la transición energética.
Estos países nórdicos han logrado avances significativos en la integración de energías renovables en sus matrices energéticas, como el aumento del peso de la energía eólica en Suecia al 27% y el uso del 43% de fuentes renovables en Dinamarca. Noruega también tiene como objetivo reducir sus emisiones de CO2 en un 55% para 2030.
La caída en el Índice de Transición Energética es una llamada de atención para Colombia, que necesita abordar los obstáculos existentes y acelerar su transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. El impulso de las energías renovables, la simplificación de los trámites administrativos y la creación de un entorno propicio para las inversiones serán elementos clave para lograr una verdadera transformación energética en el país.
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